Cuando lancé mi primera tienda, no tenía ni idea por dónde arrancar. Veía videos en YouTube y todos repetían lo mismo como loros: “usa Shopify, es lo más fácil”.
Y sí, lo es. Shopify es fácil, bonito y rápido… al principio. Pero nadie te cuenta lo que pasa después.
Yo lo viví. Armé una tienda y al pasar el tiempo me encontré con verdaderos problemas.
No podía moverle al diseño como quería, la publicidad dejo de ser rentable, estaba aprendiendo básicos de SEO y las limitaciones que encontré me fueron decepcionando.
Si he vendido en Shopify, obviamente, pero cuando comienzas a tener éxito en el e-commerce también te das cuanta que debes optimizar cada centavo y esta no es la mejor opción.
Y ahí entendí que la facilidad inicial te puede salir carísima si no sabes a dónde vas. Por eso hoy quiero contarte, desde mi experiencia, las verdaderas ventajas y desventajas de Shopify. Lo bueno, lo malo, y lo que no sale en sus anuncios.
Si estás a punto de lanzar tu tienda online, o estás usando Shopify y no sabes si seguir, esto te va a ahorrar tiempo, plata y varios dolores de cabeza.
¿Qué es Shopify y por qué todo el mundo habla de él?
Shopify es una plataforma todo-en-uno que te permite lanzar una tienda online sin saber código, sin tocar servidores y sin instalar nada complicado. Todo está ahí: diseño, carrito, pagos, productos, hosting, todo listo para usar.
Y suena perfecto, ¿no? Por eso es que lo recomiendan tanto. Te lo venden como la solución mágica para vender por internet sin enredos.
Influencers, youtubers, gurús del e-commerce… todos dicen lo mismo: “abre tu tienda en minutos”, “emprende sin saber nada”, “vive de Shopify”.
Pero lo que no te dicen es que esa facilidad tiene un precio. Literal y figurado.
Shopify es como vivir en un edificio amoblado y con vigilancia. Todo listo, todo ordenado… pero no puedes mover una pared, no puedes cambiar la cocina, y mucho menos te dejan construir un segundo piso. Ahí mandan ellos, no tú.
La publicidad de los falsos gurús del comercio electrónico hacia Shopify tiene una explicación muy clara: psicología básica de ventas. Cuando lo que estás vendiendo son cursos, mientras más fácil se vea todo, mejor. Porque el cerebro funciona así, el mundo funciona así.
Y Shopify es perfecto para eso: te permite lanzar una tienda en 10 minutos. Eso es real, y es muy poderoso desde el punto de vista del marketing. Pero una cosa muy distinta es que esa tienda hecha en 10 minutos venda algo alguna vez.
La tienda estará montada, sí. Pero solo hacer una imagen decente —incluso con IA— toma más tiempo que eso. Y una tienda que valga la pena tiene cientos de imágenes, textos, procesos, ni hablemos de SEO, estructura o estrategia.
Shopify es ideal para mostrar algo rápido. Pero vender… eso es otro cuento.
Las únicas dos ventajas reales de Shopify (según mi experiencia)
Después de usar Shopify, WooCommerce y PrestaShop en decenas de proyectos —propios y de clientes— llegué a esta conclusión: Shopify solo tiene dos ventajas reales frente a las otras plataformas. Y ojo, digo reales, porque no me interesa repetir lo que dice la página oficial, sino lo que he vivido en carne propia.
1. 🚀 Lanzar una tienda básica en tiempo récord (si no sabes nada)
Sí, si estás comenzando desde cero, sin saber qué es un plugin, sin entender cómo funciona un dominio, Shopify te permite tener algo visible en muy poco tiempo.
Arrastras bloques, subes fotos, eliges una plantilla y pum… ya tienes tienda. No hay hosting, no hay instalación, no hay panel confuso.
Pero ojo con esto: una tienda rápida no es una tienda que vende.
Si sabes lo básico —y más si usas plantillas o herramientas modernas con WooCommerce puedes tener una tienda igual o mejor, y sin las limitaciones de Shopify. Así que esta ventaja solo aplica si estás en modo exploración total. Y aún así, puede que no te convenga.
2. 🛠️ Menos mantenimiento técnico
Shopify se encarga del servidor, la seguridad, las actualizaciones, el respaldo. No hay plugins que fallen, ni errores de PHP, ni conflictos por incompatibilidad.
Y eso es una ventaja para quien no quiere meterle mano técnica a nada, nunca.
Pero si estás pensando en crecer, en escalar, en automatizar, en integrar más sistemas… te vas a topar muy rápido con una pared.
Porque lo que hoy te da tranquilidad, mañana te va a limitar.
Las desventajas de Shopify (y por qué no lo volví a usar)
Aquí no vengo a contarte lo que “podrías” llegar a sentir. No. Esto que estás a punto de leer me pasó. Y no una vez. Lo viví en varias tiendas, con distintos productos, en distintos países.
Y siempre terminé con la misma sensación: Shopify es una solución bonita… hasta que de verdad quieres vender y crecer.
1. Es carísimo, si vendes poco y si vendes mucho aún peor
Shopify cobra mensualidad, comisión por transacción, y si no usas su pasarela de pago (Shopify Payments), te clavan con más comisiones.
Y eso no es opcional: es el modelo de negocio de ellos y está bien, yo haría lo mismo si fuera el dueño, solo digo que hay soluciones mejores.
Cuando vendía poco me parecía caro porque pagaba al menos 30 USD al mes, incluso aunque no vendiera nada. Pero cuando pase a un nivel de ventas superior, 10.000 USD al mes, entonces pagaba, aparte de los 30 anteriores de la suscripción, 200 por el 2% de comisión que cobra. Y esos no son los únicos gastos de procesamiento de una tienda porque aparte están los de la pasarela de pagos según el país que en LATAM pueden llegar al 4% y esto último vas a tener que pagarlo sin importar si usar Shopify o no.
Pasarme a WooCommerce que costaba unos 10 dólares al mes (120 al año) me hizo ahorrar al menos 220 al mes. Y si estás en Europa o Estados Unidos, tal vez parezca una bobada hacer el trabajo de mudar una tienda por tan poco, pero en Colombia eso es el 70% de un salario mínimo y no es el país más pobre a América Latina. Pero es que el costo no es la única desventaja.
2. No tienes control real
No puedes modificar el backend. No puedes tocar el sistema de URLs como en WordPress o al menos es más difícil. No puedes ni siquiera duplicar productos con libertad total si no tienes apps externas.
Todo está encapsulado.
Es como jugar fútbol con un chaleco de fuerza. Precisamente es así porque es un software genérico pensado para que todo sea igual y fácil de implementar, pero quien dijo que siempre lo fácil es lo mejor.
3. No puedes pausar la tienda sin pagar o perderlo todo
¿Te quieres tomar un mes para repensar tu estrategia o cambiar de nicho?
Este punto fue uno de los que más me dolió cuando quise hacer una pausa estratégica. Quería detener la tienda un par de meses para ajustar el modelo, repensar el producto y volver con más fuerza. Pero Shopify me dejó claro algo: “o pagas, o pierdes todo”. Literal.
Shopify no te deja descargar tu tienda completa. No puedes simplemente hacer un backup y guardarlo en tu USB o tu computador. Si cancelas el plan, se desactiva el sitio, se cierra el acceso, y si pasa cierto tiempo, te borran todo.
En cambio, con WooCommerce o PrestaShop es otro mundo: puedes descargar una copia de todo —archivos, base de datos, productos, imágenes, configuraciones— y guardarla donde quieras. En una USB, en tu disco duro, en la nube.
Y cuando decidas volver, solo necesitas un hosting, arrastras los archivos, restauras la base de datos, y listo.
Hoy, con la ayuda de la inteligencia artificial, ese proceso es tan simple que literalmente un niño lo puede hacer con instrucciones básicas. Te lo juro. No es exageración.
4. Nunca es realmente tuya
Shopify es como alquilar un local en un centro comercial: todo se ve bonito, te ponen luces, pasarela, decoración… pero no es tuyo. Si mañana decides mudarte a otro sistema, te vas con las manos casi vacías.
No puedes llevarte el diseño, ni la estructura real del sitio, ni el SEO que con tanto esfuerzo (y dinero) lograste construir.
Y acá viene el golpe fuerte: el verdadero valor de una tienda online no está solo en los productos, sino en su posicionamiento en Google. Eso es lo que te trae tráfico, confianza, ventas constantes.
Pero si te vas de Shopify, ese posicionamiento se pierde. Las URLs cambian, el contenido queda atrás, los enlaces se rompen.
Es como apagar el letrero luminoso que te daba visibilidad, para volver a empezar desde cero en un lote vacío.
Por eso digo que nunca es realmente tuya. Porque lo más importante —tu autoridad y presencia digital— no se puede empacar en una maleta cuando decides mudarte.
5. Es difícil hacer contenido orgánico (y por eso el SEO sufre)
Shopify tiene blog, sí… pero el sistema es básico, limitado, con poca personalización.
No puedes optimizar URLs, ni categorías, ni etiquetas como se debe. Y eso mata cualquier estrategia seria de posicionamiento.
WooCommerce y PrestaShop fueron pensados con contenido en mente. Shopify no.
6. Personalizar con código es una tortura
Tienen su propio lenguaje (Liquid), que es innecesario si vienes de PHP o JavaScript.
Y hoy en día, con la IA, personalizar WooCommerce es tan fácil que hasta un niño de cinco años con ChatGPT puede hacerlo.
Shopify, en cambio, te obliga a pagar apps o contratar desarrolladores certificados (y caros).
7. Menos pasarelas de pago disponibles
En WooCommerce tienes plugins para casi cualquier banco, billetera, fintech o país del mundo.
En Shopify estás atado a su catálogo, y si no está… te aguantas. O pagas una integración externa.
Un ejemplo personal: en Colombia, integrar pagos locales como Nequi o Daviplata es mucho más fácil (y económico) en Woo.
8. Dificultades para integrar cosas fuera de la tienda
¿Quieres vender servicios, cursos, descargables? ¿Crear comunidad? ¿Ofrecer cualquier cosa complementraia al eCommerce?, esto es un problema si estas Shopfy.
Cuando tu negocio crece o incluso para atraer trafico así estés comenzado muchas veces resulta interesante ir mas allá y crear formularios personalizados herramientas, recursos etc. Eso no posible en Shopify porque es un software de venta y ya.
Un ejemplo puntual, en mi tienda de suplementos deportivos me parecía muy interesante tener una herramienta de calculo de proteína diaria, no solo porque sirve a los clientes sino porque atrae trafico a conocer la marca y los productos. No hubiera podido hacer esto en Shopify. Como mi tienda esta en WordPress solo le di un promp al CHAT GPT para que creara el código, lo peque en WordPress y en unos minutos obtuve esta calculadora de proteína.
9. Más difícil diferenciarte (todas las tiendas se parecen)
La mayoría de temas de Shopify se parecen entre sí. Y como hay pocos gratuitos y los buenos son carísimos, terminas viendo mil tiendas iguales.
En Woo puedes romper el molde, diseñar algo a medida o usar constructores visuales sin restricciones.
10. Más difícil posicionar en Google por falta de control técnico
No puedes controlar slugs, enlaces internos, canonicals, redirecciones, estructura… y eso en SEO es clave.
Por eso te lo digo sin rodeos: Shopify es bonito para vender con publicidad, pero no es amigo del tráfico orgánico.
¿Para quién SÍ funciona Shopify?
A pesar de todo lo que te conté, no te voy a decir que Shopify no sirve. Sería irresponsable.
Shopify sí sirve, pero no para todo el mundo. Y mucho menos si tu meta es crear una marca duradera, con comunidad, SEO y control total del negocio.
Estas son las personas o proyectos que sí pueden sacarle provecho:
Para quien quiere probar una idea rápido (y tiene presupuesto)
Si estás en etapa experimental y quieres validar si una idea vende, Shopify te puede servir para tener una tienda lista en horas y lanzar campañas de prueba con pauta.
Ahora, eso sí: si la idea funciona, te va a convenir migrar rápido a una plataforma propia para escalar sin pagar de más ni quedar limitado.
Para quien ya tiene una comunidad o tráfico externo
Influencers, creadores de contenido, marcas que ya tienen una audiencia sólida en redes sociales o YouTube, pueden usar Shopify como vitrina rápida.
Ahí el tráfico ya está garantizado, y no se necesita SEO ni tanto control técnico.
Para empresas que viven 100% de la pauta
Hay marcas que no invierten en contenido, ni les interesa el orgánico. Solo hacen campañas de pago.
En esos casos, Shopify puede servir como plataforma estable para recibir tráfico frío, porque no necesitan optimizar más allá del embudo de conversión.
Para quien quiere algo funcional sin tocar nada técnico
Si sabes que nunca vas a querer modificar cosas, integrar sistemas externos, ni automatizar procesos… y solo quieres vender productos básicos, Shopify puede darte esa comodidad inicial.
Pero incluso así, debes saber que la libertad siempre te va a costar más.
Y ojo con esto: el problema no es usar Shopify.
El problema es creer que porque pudiste montar una tienda en 10 minutos, ya tienes un negocio digital en marcha.
Lo que nadie te dice de Shopify (y yo te lo digo porque ya lo viví)
Shopify se ve lindo, se siente fácil, y te hace creer que montar una tienda es igual a tener un negocio.
Pero la verdad es otra: Shopify no está hecho para que tú controles tu tienda, sino para que dependas de ellos todo el tiempo.
Y eso no es un problema… si tu plan es vender rápido, pagar comisiones, y no preocuparte por nada más.
Pero si tú —como yo— estás construyendo algo serio, con visión de largo plazo, con marca, con posicionamiento orgánico, con automatización, con comunidad, con control real… entonces Shopify no es para ti.
Yo ya pasé por eso. Perdí tiempo, perdí dinero, y sobre todo, perdí posicionamiento.
Y no me gustaría que tú también lo pierdas.
Por eso te comparto esto sin filtros. Porque la única fórmula duradera en el eCommerce es tener una tienda de nicho, con marca propia, y un posicionamiento orgánico sólido.
Todo lo demás puede ayudarte… pero si no tienes eso, vas a depender de la pauta para siempre.
Y tú te mereces más. Tú puedes construir algo que sea tuyo, que escale, que crezca contigo.